Cheesecake casero de piña colada se puede hacer en casa con geniales resultados. Muchos pensarían que tanto la piña como este postre tienen un origen tropical. No obstante, esta propuesta gastronómica es originaria de Taiwán. Se sabe que las piñas se introdujeron en este territorio a lo largo del periodo de dominación nipona, que se generó a fines del siglo XIX. El impacto de la fruta fue tan grande que pronto empezó a generarse en masa, transformando a los taiwaneses en el tercer exportador mundial de este comestible. Desde dos mil cinco se efectúa el Festival Cultural de la Torta de Piña. Evidentemente, probablemente existiesen preparaciones afines en Latinoamérica y Europa.
El cheesecake casero de piña puede comprenderse como una mezcla de cultura oriental y ateniense. El cheesecake es una peculiaridad primero de la ciudad de Atenas y después de los E.U. en la era industrial. Hoy en día hay muchas variedades y tal vez la más conocida sea la tarta de queso con sirope de fresa. No obstante, esta es otra opción alternativa que tiene buen sabor y que incorpora una acidez más pronunciada.
Este postre es una exquisitez y tiene comestibles positivos para comer. Para comenzar, la adición de queso para untar aporta probióticos y otras substancias valoradísimas. Por su lado, la piña es una fruta muy ventajosa, que incide de forma positiva en el estómago y el sistema inmunológico. Ahora, te mostramos una de múltiples formas de preparar este pastel… ¡Prosigue leyendo!
Ingredientes:
Cómo preparar un cheesecake casero y piña colada:
- Precalentar el horno de la cocina a ciento ochenta grados centígrados.
- Triturar las galletas María con un procesador de comestibles o manualmente hasta el momento en que queden finamente pulverizadas.
- Mezcla las galletas en polvo, ochenta gramos de azúcar, el iogur y la margarina en un bol hasta conseguir una pasta.
- Forrar el fondo de un molde removible con la pasta anteriormente preparada.
- En otro bol, entremezclar el resto del azúcar con el queso untable y la vainilla. Golpea bien.
- Poco a poco añada los huevos a la mezcla de queso y azúcar. continuar latiendo.
- Cortar las rodajas de piña en pedazos pequeños..
- Agregue la piña picada a la mezcla de queso y huevo. Entremezclar bien.
- Verter la mezcla sobre el molde que contiene la base de galleta.
- Hornea el pastel a lo largo de unos cincuenta minutos a ciento ochenta grados centígrados.
- Retirar la tarta, enfriar en la nevera y desmoldar.
Este postre se puede comer una vez desmoldado. Desde ahí, es esencial sostenerlo guardado en el frigo.