Sorprenderás a tu familia y amigos con estas originales y ricas donas de anís de la abuela. Estos son los pasos.
Las rosquillas de anís saben a niñez, familia y abuela. Ya antes y ahora, son una tarta ideal para el desayuno y la merienda. Se prestan para llevar al trabajo y a fin de que los pequeños las tengan libres en sus mochilas cuando adiestran o bien en la escuela.
El anís estrellado es una fruta muy empleada en la gastronomía china. Es muy aromatizado y su sabor se extiende a la preparación que lo integra. Hoy día no es común localizar bizcochos con anís, con lo que estas rosquillas esponjosas, ricas y simples de preparar sorprenderán agradablemente a quienes las prueben.
El anís mejora la digestión. Es antiespasmódico y también integra productos para la tos. Por lo tanto, aparte de su singular sabor y aroma, aporta beneficios para el organismo.
La receta de donas de anís que ahora te presentamos es sencillísima y práctica. Es el que preparaban las abuelas en otras temporadas. Merece la pena traerlos al presente.
Ingredientes:
preparación:
- Pon los huevos, el aceite, el anís, el azúcar y la ralladura de limón en un bol. Entremezclar bien a fin de que se integren los ingredientes.
- En un recipiente aparte, tamizar harina y royal y añada la pizca de sal.
- La harina se incorpora con movimientos suaves y envolventes en la preparación de huevos y aceite.. La pasta se compactará hasta formar una masa.
- Se pone sobre una mesa rebozada de harina y se amasa. Debe ser una masa suave mas que no se pegue a los dedos. Si está demasiado suave o bien húmedo, es una gran idea añadir un tanto de harina mientras que amasa.
- Deje descansar la masa a lo largo de una hora, tapada.
- Es hora de armar las donas. Para esto, se estira la masa hasta el momento en que tenga un cm de grosor y se cortan círculos con un cortador de pasta o bien vaso. Ahora, con el dedo o bien con el mango de un instrumento de cocina, se efectúa el agujero central que se amplía con los dedos.
- Las rosquillas de anís se fríen en aceite caliente hasta el momento en que estén doradas o bien se enhornan en una sartén aceitada. Se ponen sobre papel absorbente y se espolvorean con azúcar glas.
Ya tienes la receta, ahora, manos a la obra. Si te atreves, puedes decorarlas con glaseado real o bien limón.