Si le gustan las bebidas frías, los helados y los sorbetes naturales, tome nota de este sorbete de piña y menta con cava. Estos son sus pasos.
El postre que veremos a continuación, un sorbete de piña y menta con cava, sorprenderá a todos en casa por su textura ligera. El sorbete no se convierte en un helado, y se caracteriza porque está hecho con jugo de frutas, a veces vino o cava, alguna infusión, licor o brandy para agregar aroma, y se agrega miel o jarabe al gusto de quienes consumen eso . No contiene yema de huevo ni grasas, y por lo tanto su textura no se vuelve tan cremosa como el helado, por el contrario, más líquido y menos firme. Puedes servir el sorbete como postre, después de una comida copiosa o también como una bebida espumosa si pones más cava.
Como curiosidad, la palabra sorbete, según DRAE, proviene del turco. ṣerbet, y esto a su vez del árabe clásico ṡarbah, que significa «bebida», tal vez bajo la influencia del italiano sorbo. Los historiadores de la gastronomía saben que los sorbetes son los primeros postres helados que se escuchan, ya que los helados, como se les conoce, aparecieron solo en el siglo XVIII, cuya receta fue llevada a Italia desde China por la Ruta de la Seda. Originalmente, un sorbete tenía hielo raspado, jugos de frutas congelados y miel.
Ingredientes:
Cómo preparar un sorbete de piña y menta con cava:
- En el vaso de la licuadora o procesador de alimentos, poner piña, azúcar, jugo de naranja, infusión de menta y Cointreau, menos el cava.
- Triturar todos los ingredientes hasta obtener una textura fina y homogénea..
- En vasos altos, distribuya la mezcla y llenarlos hasta ¾ de su capacidad.
- Termina de llenar las copas con el champagne.
- Decorar con hojas de menta y algo de hielo.
- Servir inmediatamente.
Tienes que servir el sorbete de piña y menta al cava mientras el cava todavía está burbujeante, pero si quieres que el cava esté completamente integrado, entonces lo incorporas con los otros ingredientes cuando lo estás triturando todo. Puede decorar los bordes de los vasos humedeciéndolos un poco con jugo de naranja y voltándolos boca abajo en un plato lleno de azúcar, para que el azúcar permanezca adherido a los bordes. Las gafas serán más atractivas y le darán aún más sabor al sorbete.
