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El lenguado con calabacín y queso es una forma simple y exquisita de comer pescado. Los lenguados son pescados planos que resaltan por su simetría anatómico y buen sabor. Se le conoce como el «pez de Moisés», por la narrativa bíblica en la que divide las aguas en 2 y asimismo este pez. Es por su forma que se piensa que habría sido mentado en la historia bíblica que tiene sitio en el Mar Colorado. Esta especie se genera y comercializa en España, singularmente en Murcia y Andalucía donde es popular.
La carne de lenguado está bien valorada en la gastronomía del mediterráneo. Esto es debido a que su carne es bastante blanda y tiene un contenido de grasa más bajo que la mayor parte. Tanto su textura como su sabor lo hacen atractivísimo en los mercados europeos. Su coste asimismo sube, debido a las limitaciones que existen en ciertos países para su pesca. Muchos chefs europeos escogen este pescado para realizar sus recetas marinas.
Beneficios nutricionales
El lenguado con calabacín y queso es un plato bastante equilibrado desde el punto de vista nutricional. Se trata de un pescado riquísimo en vitaminas del conjunto B, fósforo, yodo y potasio. Su carne no es la más rica en proteínas de alto valor, mas aún les da. Por su composición, este acostumbra a ser un comestible que favorece la digestión de quienes lo consumen. Ahora, vas a ver de qué forma se prepara esta receta en unos minutos … ¡Prosigue leyendo!
Ingredientes:
Cómo preparar el lenguado con calabacín y queso:
- Precaliente el horno de la cocina a doscientos veinte grados centígrados..
- Limpiar los cortes de lenguado y condimentar con un tanto de sal y jugo de limón..
- Agregue aceite de oliva a una bandeja para enhornar y ponga el pescado.
- Limpiar y recortar el calabacín en rodajas de grosor medio..
- Cubrir los filetes de pescado con las rodajas de calabacín.. Añade un toque de sal a los dos ingredientes.
- Cortar el queso mozzarella en rodajas y poner sobre el pescado y el calabacín.
- Espolvorea un tanto de perejil a la preparación..
- Hornea el lenguado con calabacín y queso a lo largo de unos doce minutos.
Una vez que la preparación está en el horno es esencial sostener la vigilancia. Así se evita que esté cruda o bien muy caliente.
