Las gambas al ajillo son una genuina tapa simple de preparar que ha traspasado fronteras.
El gambas al ajillo son unas genuinas tapas, simples de preparar y que han traspasado fronteras. Tener unas gambas en el congelador es la disculpa idónea para ponerse a ello. Si tenemos la fortuna de localizarlos frescos en la pescadería, va a ser el instante de hacer esta receta por lo alto. Sea de una forma o bien otra, las gambas al ajillo son un plato que se cocina veloz y siempre y en todo momento va a quedar bien. Con una base de ingredientes que hallamos en nuestra cocina, crearemos unas pasmantes gambas al ajillo.
Ingredientes:
Cómo preparar gambas al ajillo:
- Esta receta no tiene complicaciones. Lo más importante es lograr unos ingredientes de calidad a fin de que el acabado sea perfecto en todos y cada uno de los sentidos.
- El número de dientes de ajo va a depender de la intensidad que deseemos darle a esta exquisita tapa.
- Es un ingrediente que le va a dar a la gamba un punto picante bien interesante y combinará fantásticamente con limón.
- Iniciaremos esta preparación pelar los dientes de ajo, con doce va a ser suficiente, siempre y cuando tengamos presente la cantidad de langostinos que tenemos.
- Picar el ajo muy finamente Si no deseamos que nos fijemos, si nos agradan los ajos, los podemos dejar enteros a fin de que se vean en la receta.
- Seguimos con las gambasSi están congelados, dejamos que se descongelen de forma natural, mas no completamente.
- Medio descongelados son más simples de pelar, van a quedar perfectos y vamos a poder lograr el acabado que procuramos.
- Si son frescos, solo los pelamos cuando llegamos a casa. Suprimimos cualquier indicio de suciedad que pudiese dañar la receta, incluyendo la piel y las venas. Este paso es esencial o bien la receta puede tener mal sabor.
- En una sartén grande, ponemos los doscientos gramos de mantequillaEsperaremos a que se funda poquito a poco.
- Podemos poner aceite de oliva en vez de mantequilla.. Nuestra joya nacional va a ser un lujo en esta receta.
- Es una forma de incluir un producto nacional capaz de resaltar todo género de platos. Es esencial que le demos el acabado ideal con detalles que nos agraden, si estamos hechos de aceite, mejor que de mantequilla.
- Una vez que la mantequilla ha empezado a burbujear o bien el aceite está caliente, ponemos los ajos y las gambas.
- Salteamos los ingredientes a medida déjalas cocer, esto con la pretensión de que las gambas se cocinen con perfección, hasta el momento en que tengan un color rosado propio.
- Como todo los mariscos que comemosEs esencial que no esté muy hecho a fin de que tengamos un acabado más importante.
- Lavamos el perejil, suprimiendo cualquier resto que pueda afectar el resultado final de la receta. Un tanto de perejil fresco es el complemento ideal para esta clase de tapa.
- Picar el perejil en pedazos lo más pequeños posible, Ponemos en la sartén con el resto de los ingredientes para darle color y sabor.
- Agrega el jugo de limón y la sal a la sartén., eludiendo el exceso para no trastocar su sabor. Si no se quiere el sabor a limón, se puede reemplazar por un toque de vinagre, el resultado es igualmente fresco. Contrastará con ajos y gambas.
- Eliminamos continuamente todos y cada uno de los ingredientes en la sartén a fin de que se mezclen adecuadamente. Debemos tener una tapa idónea para empapar el pan con una salsa ligera que se transformará en mítica.
- Cocinamos este manjar a lo largo de cuando menos quince minutos., salteando algunas veces para un dorado uniforme. Si nos agradan las gambas menos cocidas, diez minutos van a ser suficientes.
- Una vez que las gambas estén listas apagamos el fuego y las dejamos descansar unos minutos hasta el momento en que todos y cada uno de los sabores se acentúen un tanto más.
- Este género de tapa debe servirse calienteEs esencial que todos y cada uno de los sabores estén muy presentes y que podamos gozarlo con un buen pan de pueblo y un vino blanco fresco.
- Podemos poner estas gambas en forma de brocheta con el ajo bandera para una presentación sutilmente diferente.
- Otra opcion es tostar un tanto de pan y poner encima las gambas como tapa distinguida, con un tanto de pimentón de la vera para darle color y sabor.
- Un chorrito de aceite de oliva y un tanto de alegría. Van a venir de la mano con un mordisco fácil y exquisito.
- Las gambas al ajillo son una tapa que jamás fallará. Una combinación de ingredientes y sabores pasmantes en todos y cada uno de los sentidos.
- Convertirse en un maestro de tapas con gambas al ajillo cocidas sencillamente en casa con el menor esmero posible.