¿Por qué nos enfadamos cuando tenemos hambre?

Pasar de la alegría al llanto es posible con o sin un plato de comida en el frente. Hay una explicación de por qué nos enojamos cuando tenemos hambre, atrevámonos a saberlo.

De la alegría a las lágrimas hay un solo paso. y más cuando es hora de comer. La ciencia nos dice que Somos más irritables cuando tenemos hambre.. Hay momentos en que el estado de ánimo se vuelve variable, especialmente en ciertos momentos del día. El cuerpo tiene mecanismos que lo hacen caer en la rutina, unas pocas horas para cada tarea que hacen de nuestro día a día una planificación perfecta. Cuando cae la noche, el sueño nos llega y en las horas habituales de comida comienza a generar esa necesidad de probar un delicioso plato.

Esa sensación de tener que prescindir de la comida o demorarla hay días en que se convierte en una verdadera pesadilla. Es imposible evitar enojarnos ya que no podemos comer en nuestro momento. y el cuerpo nos sigue pidiendo una y otra vez ese maravilloso refrigerio que queremos probar. Cuanto más prohibido o inalcanzable es un hecho más ansioso por obtenerlo, tenemos. Este proceso natural de ira tiene una base científica que lo refuerza.

Razones por las que nos enojamos cuando tenemos hambre

  1. El cuerpo tiene una serie de pautas que respeta y cumple perfectamente. Cuando es hora de comer las baterías de nuestro cuerpo están en los niveles más bajos. El nivel de azúcar es más bajo de lo habitual. y esto influye grandemente en nuestro estado de ánimo. Necesitamos a toda costa tener un poco de este elemento u otro similar para sentirnos bien y lograr que la ira se transforme en alegría.
  2. Automáticamente, si es hora de comer y nosotros no, el cuerpo interpreta algo extraño que sucede. La mente se pone alerta y comienza a cambiar completamente el estado de ánimo.. El hecho de estar activo y atento hace que ciertas emociones se vean afectadas, es como si estuviera esperando para poder cazar ese alimento. La agresividad y la irritabilidad se combinan con esta ira que aparecerá a medida que se retrasa el tiempo de la comida.
  3. Es importante siempre respetar las horas de comida. Si no podemos salir de la oficina o en ese momento, comer, comer algo, tomar una fruta o un café puede ayudarnos a cambiar ese mal humor y transformarlo en una sonrisa de resignación esperando satisfacer nuestras necesidades. Tener siempre a mano algo para picar evitará ira innecesaria.
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