La mousse es un postre de origen francés que data del siglo XVIII. Entonces el ingrediente para lograr la textura esponjosa, espumosa y lisa se lograba batiendo manualmente las claras de huevo. Los 3 sabores habituales eran azafrán, café y chocolate, este último se comenzó a realizar en España por ser el primer país de Europa en descubrir el cacao. En verdad, esta es una de las recetas de mousse más populares hasta el instante.
Hoy en día, una mousse no es solo un postre, asimismo puede ser una comida y es frecuente en la cocina profesional preparar deliciosas mousses con ingredientes salobres y cremas. Con esta técnica se pueden lograr sopas o la base para acompañar otros ingredientes primordiales, como la carne asada. La mousse es prácticamente lo mismo que la espuma. La diferencia entre cada uno de ellos está en la preparación, peor muy mínima. Es más frecuente que se utilice gelatina para estabilizar la espuma, por lo que, quizá, ahí radique el factor diferenciador.
Para lograr una buena mousse, hay que montar los ingredientes separadamente. Esto los va a ayudar a lograr mejor su punto máximo y va a tardar menos tiempo en volverse espumosos. Ahora sí, a preparar esta exquisita mousse instantánea de café y nata con un toque de chocolate y licor.
Ingredientes
Preparación
- El primer paso es entremezclar el café y el azúcar glas con el agua en un bol.
- Use la batidora a máxima velocidad para acrecentar de tamaño. Vas a saber que está ya lista cuando la mezcla haya alterado de color y parezca nieve.
- A continuación, vierte la nata en un bol con una cucharada de whisky (puede ser cualquier otro licor) y bate la nata a máxima velocidad hasta el momento en que quede mantecosa.
- Cuando lo hayas logrado, incorpora poquito a poco la mezcla de café sobre la nata. Usa movimientos envolventes para unir los ingredientes hasta el momento en que quede bien integrado.
- Ahora vierte el almíbar en el fondo de una copa de helado (o como prefieras) y sirve la mousse. Para darle más personalidad, puedes rallar un tanto de chocolate negro por encima y servir inmediatamente.
¡Sencillamente se funde en tu boca! Este exquisito mousse instantáneo de café y nata es un postre digno de cinco estrellas que, si lo congelas, puede ser un helado envidiable. Es una receta no capaz para pequeños por el café, así que juega con la cantidad de licor que más te guste.
Atrévete a probar esta receta en casa y no vaciles en decirnos qué te semeja. Nos encantaría leer tu opinión y solicitarnos más recetas.