La ensalada australiana de bichos de balmain es una especialidad de Sydney. Está elaborado con un crustáceo de la zona conocido como bichos de balmain, que en castellano significaría algo como “bicho de Balmain”, un distrito de esta urbe. Pese a su nombre, la chinche balmain no es un insecto y tiene una apariencia que se semeja a las langostas de roca, que se arrastran por el lecho marino. Si no tienes este ingrediente en casa, puedes preparar esta rica ensalada con otro género de mariscos, como bogavante, bogavante, cigalas, langostinos e inclusive gambas.
Aunque tampoco es una langosta, su textura y sabor son bastante afines, si bien en rigor tiene un sabor más similar a una gamba. De lo que podemos estar seguros es que esta ensalada australiana de bichos de balmain es una genuina delicia. Bastante gente piensa equivocadamente que la cocina australiana es afín a la inglesa (evidentemente, por haber sido una colonia del R. Unido): es una combinación absolutamente sincrética de múltiples cocinas que reflejan un pasado histórico multicultural: desde la indígena indígena, llamada bushfood, hasta Irlandesa y también inglesa, pasando por esenciales aportes de las cocinas asiática y mediterránea, merced a los inmigrantes de estas zonas tras la Segunda Guerra Mundial.
Ingredientes:
Cómo hacer ensalada australiana de bichos de balmain:
- Hervir los crustáceos en una cazuela sin tapar., a lo largo de cinco minutos. Cabezas separadas y quitar la carne.
- Prepara la salsa de mango: recortar el mango en pedazos pequeños y poner en un bol.
- Agrega el queso, la crema, el jugo de limón, el azúcar, la salsa picante. tailandés y puré hasta conseguir un salsa uniforme y muy fina.
- A su servicio, colocar los crustáceos sobre un lecho de lechuga y rodajas de mango, y rociar con la salsa.
Esta ensalada australiana de bichos de balmain es muy simple de hacer, como has visto. Lo más bastante difícil es lograr los fallos de balmain. Posiblemente pueda localizarlos en tiendas expertas en comestibles y también ingredientes exóticos. Mas como hemos visto al comienzo, si no las logras no hay dramatismo, puedes reemplazarlas por bogavante, e inclusive gambas, y hacerlas muy grandes.
En cualquier caso, si hallas este crustáceo, te obsequiarás un banquete imborrable, de esos que se narran toda vez que tienes la ocasión o bien cuando la ocasión lo merece. Nótese que el mango es un factor que aporta textura a la salsa, aparte de sabor, y la repercusión asiática se aprecia en esta fruta y en la salsa picante, que ha de ser suave.