el truco de Karlos Arguiñano para que los huevos no salten al freírlos

hay un truco Karlos Arguiñano para hacer los huevos No se salen al freírlos, de este modo podemos lograr que queden perfectos sin que se dañen. Podemos dejarnos este pequeño placer que todos merecemos, algunas veces o día a día, teniendo presente que con él lograremos un pequeño manjar que puede ser el que nos acompañe en estos días que tenemos por delante. Unos buenos huevos fritos es todo cuanto precisamos y más para gozar de un buen pan, donde humedecer el aceite.

Esta sencillez de un mordisco que puede marcar el comienzo de un día o el final, conforme se mire, nos maravillará en todos y cada uno de los sentidos, con la ayuda de ciertos detalles que nos van a hacer cocinarlo como un especialista. Un chef capaz de obsequiarnos los mejores trucos, por medio de sus libros y publicaciones, es, indudablemente, Karlos Arguiñano. Este especialista en cocina no duda en darnos los mejores trucos posibles para lograr recetas inusuales. De este modo vas a poder lograr un acabado diez.

Ni vinagre ni bicarbonato de sodio

Existen muchas leyendas urbanas diseñadas para ofrecernos esos huevos perfectos de una determinada forma, bien hechos y sin peligro de padecer quemaduras. Los huevos fritos son una tradición que se remonta a mucho hace un tiempo. Desde el weblog del ‘Rey Mayor de los Vinos’ explican o cuando menos hacen un perfecto resumen de la historia del huevo frito.

Siguiendo con esta explicación: «Huevos revueltos, huevos rotos o huevos fritosno importa de qué manera lo llames: es un deleite incomparable cuyos orígenes se remontan a la antigüedad (aun antes que existiésemos). Y se prosigue sirviendo como plato habitual madrileño en muchos sitios (asimismo servimos unos muy, muy ricos con jamón). Pero… ¿desde en qué momento se hacen así? Seguramente una de las referencias más conocidas se remonta a mil ochocientos cuarenta y seis. Entonces, el viajante e hispanista inglés Richard Ford charló de este plato en su libro “Gathering from Spain”. El creador los calificó como un recurso gastronómico para familias humildes. Mas hay quienes remontan este fácil (y exquisito) manjar considerablemente más atrás en la historia. Específicamente a mil seiscientos noventa y ocho. Data en la que está fechado el cuadro “Vieja fritando huevos” de Velázquez. Un óleo que muchos asocian con un bodegón por el hecho de que, pese a enseñar una escena tradicional, los protagonistas son exactamente los mismos que los de este artículo: los huevos.

Karlos Arguiñano nos da el truco idóneo para cocinar unos buenos huevos fritos

Este recurso gastronómico de familias humildes, del que habla Richard Fort, es un pequeño manjar en el que humedecer el pan. Un buen huevo frito puede ser lo que precisamos para gozar de un plato verdaderamente preparado y descubrir un planeta de buenas sensaciones.

Sólo deberás ir en pos de una buena sartén, es un factor al que no le damos relevancia, mas la tiene, ya que es la base a fin de que el huevo no se queme y nos pueda dar el mejor de Ingrediente simple mas exquisito. . Si piensas en descubrir esta exquisita receta, no dudes.

El otro elemento a fin de que el huevo luzca de gran lujo es buen aceite, es mejor utilizarlo nuevo, esto es, uno que no haya tenido otro uso o solo lo empleemos para cocinar unos ricos huevos fritos.

El otro ingrediente va a ser el huevo que se transformará en protagonista, en un aceite de oliva que ha de estar caliente a fin de que el huevo se cocine en unos segundos. Indudablemente el factor temperatura es uno de los que debemos tomar en consideración y que seguro se va a hacer realidad continuamente para poder cocinar una de esas recetas que resaltan al primer mordisco.

El calor uniforme generado por la sartén puede provocar una explosión. Para evitarlo, el truco de Karlos Arguiñano consta de dos elementos. Por una parte, la sal, un básico que durante la historia de la humanidad se ha vuelto indispensable. Vamos a poder utilizarlo para absorber esa agua que sale del huevo y acaba en una explosión.

Otro elemento que probablemente debemos tomar en consideración y que nos va a sacar de más de un aprieto es la harina. Podemos agregar una pizca al aceite a fin de que nos quede una receta increíble en todos y cada uno de los sentidos. Ningún aceite salpicará por el hecho de que la harina puede absorber esa agua, de igual modo que la sal, mas sin afectar de forma directa el sabor del huevo.

podemos poner Practica este truco con unos buenos huevos rotos con patata y jamón, un placer de nuestra gastronomía más genuina que, merced a Arguiñano, va a ser un lujo. Atrévete a probar este truco, verdaderamente vale la pena.

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